En una conversación con su biógrafo von Riesemann, Sergei Rachmaninov recordó una extraña discusión que mantuvo con Scriabin y Rimski-Kórsakov en un café de París en la primavera de 1907. [...] Scriabin había estado hablando de las correspondencias sinestésicas entre tonalidades musicales y colores y de cómo pensaba explotarlas en Prométhée. Rachmaninov escuchó pacientemente y sin mucho interés la descripción de Scriabin de su última excentricidad. Pero entonces reaccionó:
Para mi asombro, Rimski-Kórsakov estuvo de acuerdo en principio sobre esta conexión entre las tonalidades musicales y el color. Yo, que no siento la similitud, los contradije acaloradamente. El hecho de que Rimski-Kórsakov y Scriabin diferían sobre los puntos de contacto entre la escala sonora y la de color parecía demostrar que yo tenía razón [...] En otras tonalidades, es cierto, ellos estaban de acuerdo, como, por ejemplo, en Re mayor (marrón-dorado).
"¡Mira aquí!" exclamó de repente Rimski-Kórsakov, volviéndose hacia mí, "Te demostraré que tenemos razón citando tu propia obra. Toma, por ejemplo, el pasaje en El caballero avaro [ópera de Rachmaninov sobre un texto de Pushkin, estrenada el año anterior] donde el viejo Barón abre sus cajas y cofres y el oro y las joyas destellan y brillan a la luz de la antorcha... ¡bueno!"
Tuve que admitir que el pasaje estaba escrito en Re mayor. "Lo ves", dijo Scriabin, "tu intuición ha seguido inconscientemente las leyes cuya existencia has tratado en vano de negar."
Yo tenía una explicación mucho más simple para este hecho. Mientras componía este pasaje en particular, inconscientemente debí haber tenido en mente la escena en la ópera Sadkó de Rimski-Kórsakov, donde la gente, bajo el mando de Sadkó, saca la gran captura de peces dorados del lago Ilmen y se rompe en el grito jubiloso, "¡Oro! ¡Oro!" Este grito está escrito en Re mayor. Pero no pude evitar que mis dos colegas salieran del café con el aire de conquistadores, convencidos de que habían refutado por completo mi opinión."
Fuente: Taruskin, R. Stravinsky and the Russian traditions, vol. I, p. 487-488
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